Organizar una cata de ginebra en casa puede ser una experiencia tanto divertida como educativa. Aquí te mostramos cómo hacerlo accesible para principiantes, incluyendo qué buscar en términos de aromas y sabores, y sugerencias de alimentos para maridar con diferentes tipos de ginebra.

Una buena cata comienza con la preparación adecuada. En la imagen, copas de cata listas para evaluar diferentes ginebras. Es importante usar un vaso transparente y de boca lo suficientemente ancha para poder oler bien la ginebra. Sirve la ginebra a temperatura ambiente (unos 21-23 °C) para que libere mejor sus aromas; si está demasiado fría o caliente podría alterar su perfil.
Antes de beber, observa el color (la mayoría son incoloras) y acerca la copa a tu nariz para identificar los aromas.
Aromas: ¿Qué huele tu ginebra?
El primer paso de la cata es descubrir los aromas. Acerca la nariz a la copa (sin inhalar muy fuerte para no saturarte de alcohol) y trata de identificar las notas aromáticas. Las ginebras se destilan con diferentes botánicos (hierbas, especias, frutas, flores), por lo que sus aromas pueden variar mucho. Algunos de los más comunes son:
Notas cítricas: Recuerdan a limón, naranja, pomelo u otras cáscaras de cítricos. Dan una impresión fresca y penetrante. Por ejemplo, la piel de limón o naranja aporta un aroma muy refrescante a la ginebra. Si tu ginebra huele “a limpio” o ácido como un limón, seguramente tiene botánicos cítricos.
Notas florales: Aromas que evocan flores como jazmín, lavanda, violeta, rosa o flor de saúco. Son dulces y perfumados, a veces sutiles. Una ginebra con enebro suave puede presentar toques florales delicados (pensemos en olor a jardín en primavera). Algunos botánicos como la raíz de lirio aportan matices florales ligeramente dulces.
Notas herbales: Recuerdan a hierbas y plantas. El enebro, ingrediente principal de la ginebra, huele a pino o resina; es un olor herbal/terroso inconfundible. Además del enebro, muchas ginebras incluyen romero, tomillo, albahaca u otras hierbas aromáticas, dando notas verdes, frescas o balsámicas (similar a un ramo de hierbas). Si percibes algo como bosque o campo, son las notas herbales.
Notas especiadas: Son aquellos aromas cálidos o picantes de especias. Pueden recordar a pimienta, cilantro en grano, canela, cardamomo, jengibre, clavo, nuez moscada, etc. Estas notas especiadas aportan complejidad y calidez al aroma. Por ejemplo, el cilantro y la casia (canela china) dan toques especiados notables: el cilantro aporta un matiz cítrico-especiado y la casia una nota cálida de canela. Si tu ginebra te hace pensar en especias de cocina o repostería, estás detectando este grupo.
Notas dulces o frutales: Algunas ginebras modernas incluyen botánicos que aportan dulzor o fruta. Puedes oler algo como vainilla, regaliz (licorice), almendra, frutos rojos o pepino dulce. Aunque la ginebra clásica es seca (no dulce), ciertos destilados dejan asomar sutiles notas dulces. Si percibes un aroma suave como de caramelo ligero, fruta madura o vainilla, se trata de estos matices dulzones.
Consejo: Ve despacio al oler. Mantén la copa a unos centímetros de la nariz primero, respira con la boca entreabierta y acércala poco a poco
. Identifica primero uno o dos aromas dominantes (por ejemplo, cítrico y enebro). Luego, moviendo suavemente la copa, busca otros olores más sutiles. ¡No te preocupes si no reconoces todo de inmediato! Con práctica, tu nariz distinguirá cada vez más botánicos.
Sabores: ¿Qué notas al probarla?
Después de oler, llega el momento de saborear la ginebra. Toma un pequeño sorbo (sin mezclar con tónica ni hielo para la cata) y déjalo unos segundos en la boca. Así podrás notar todas las sensaciones en boca antes de tragar
. Presta atención a estos aspectos clave de los sabores:
Frescura: ¿Sientes el trago refrescante? Muchas ginebras cítricas u herbales producen una sensación fresca, casi mentolada o cítrica, que “levanta” el paladar. Es esa nota viva que recuerda a menta, enebro fresco o limón. Una ginebra muy fresca puede hacerte salivar ligeramente, limpiando el paladar.
Dulzura: Observa si hay algún indicio de dulzor. La mayoría de ginebras son secas (sin azúcar añadida), pero ciertos botánicos pueden dar una leve impresión dulce (por ejemplo, la canela, la vainilla o el regaliz). Esa dulzura será tenue, nada empalagosa. En ginebras clásicas casi no sentirás dulce, ya que típicamente “deben ser secas” en el paladar. Si notas un ligero sabor dulce al fondo, proviene de los ingredientes (frutas, flores) y no de azúcar.
Amargor: El amargor es una característica importante. El enebro y algunos otros botánicos aportan un amargo marcado y agradable
, que es parte de la identidad de la ginebra (de hecho, el enebro es ligeramente amargo y resinoso). Fíjate si tras el sorbo queda un amargor en la lengua, parecido al de la tónica o la piel de cítrico. Una buena ginebra suele tener cierto amargor equilibrado que le da estructura.
Especias (picor): ¿Notas un cosquilleo o calor en la boca? Puede ser por especias picantes como la pimienta, el jengibre o el cardamomo. Estas notas especiadas en boca aportan calidez. Por ejemplo, una sensación leve de picor en la punta de la lengua podría indicar pimienta; un calor en la garganta, jengibre. Evalúa si el sabor tiene ese punto picante o especiado además de lo fresco/amargo.
Cuerpo: El cuerpo se refiere a la sensación de peso o densidad de la ginebra en boca. ¿Te parece ligera y fina, casi como agua, o más bien con cuerpo y presencia? Una ginebra ligera pasará sutil, mientras que una ginebra con más cuerpo se siente más redonda y llena en el paladar. Esto está relacionado con la intensidad de los sabores y también con la textura. Por ejemplo, las London Dry tradicionales suelen sentirse ligeras y secas, mientras que algunas ginebras aromatizadas o más artesanales pueden sentirse un poco más untuosas por la concentración de aceites botánicos.
Mientras saboreas, intenta reconocer si los sabores coinciden con los aromas que percibiste. ¿Sigue presente el cítrico o lo herbal? ¿Apareció algún sabor nuevo inesperado? También nota el final o retrogusto: después de tragar, ¿perduran los sabores o desaparecen rápido? Las mejores ginebras suelen tener un final largo donde aún se aprecian sus notas (por ejemplo, un amargor de enebro agradable que se queda en el paladar)
. Si el final es limpio y corto, la ginebra es más sencilla; si dura y evoluciona, es más compleja. No te olvides de evaluar si el equilibrio general te gustó: una buena ginebra tendrá sus sabores en armonía (ningún sabor desagradable o fuera de lugar).
Textura: ¿Cómo se siente en el paladar?
Además del sabor, la textura de la ginebra en boca es importante en la cata. Aquí nos referimos a las sensaciones táctiles al tener el líquido en la lengua y al pasarlo. Piensa en lo siguiente:
Suavidad: ¿La ginebra se siente suave al pasar, sin arder demasiado? Una ginebra bien destilada debería ser sedosa y cálida, no quemar como alcohol fuerte. Si sientes una quemazón agresiva al tragar, puede indicar una ginebra de menor calidad o con graduación muy alta. En cambio, una textura suave es aquella en la que el alcohol calienta ligeramente la garganta pero sin molestias, dando una sensación agradable.
Sequedad: Aquí hablamos de la sensación seca en boca tras beber. ¿Te deja la boca seca, como hace el vino tinto, o más bien jugosa? Muchas ginebras dry tienden a dejar un final seco, debido a la ausencia de azúcares. Esa sequedad se nota como que el paladar queda limpio, sin dulzor residual, incluso con una leve astringencia (como cáscara de uva). No es algo negativo; de hecho, hace que quieras dar otro sorbo. Evalúa cuánto se “seca” tu lengua después de beber.
Untuosidad: Algunas ginebras pueden sentirse ligeramente aceitosas o glicéricas en la boca, ¡sorprendente pero cierto! Esto sucede por los aceites esenciales de los botánicos. ¿Notas la ginebra untuosa o densa, que recubre la lengua, o más bien fina y aguada? Una textura untuosa (oleosa) se percibe cuando el líquido parece cubrir la boca dejándola algo resbalosa. Otras ginebras se sienten muy ligeras, casi volátiles. Según el estilo, encontrarás ginebras más sedosas o cremosas, u otras muy secas y filosas. Por ejemplo, hay quien las describe como “ligeras, sedosas o casi oleosas” dependiendo de cómo resbala el destilado
. Ninguna textura es “correcta” o “incorrecta”: son características a notar. Lo importante es que te resulte agradable en conjunto con el sabor.
En resumen, al catar fíjate si la ginebra entra gentilmente (textura suave), si llena la boca o pasa ligera (cuerpo/untuosidad), y qué sensación te deja después (sequedad o persistencia de aceites). Tomar un traguito de agua entre muestras de diferentes ginebras ayuda a resetear el paladar. ¡Y no olvides disfrutar el proceso!
Maridaje: alimentos para acompañar según el tipo de ginebra
Una buena forma de realzar una cata de ginebra en casa es acompañarla con algo de comer. Un maridaje adecuado puede hacer que ciertos sabores destaquen más. Aquí te damos recomendaciones de alimentos para cada tipo de ginebra, de modo que armonicen con sus notas predominantes:
Ginebras cítricas: aquellas cargadas de limón, naranja, pomelo u otros cítricos van de maravilla con comida ligera del mar y platos frescos. Por ejemplo, mariscos y pescados son compañeros ideales: ostras, camarones, ceviches o sushi realzan la frescura cítrica de la ginebra.
. También funcionan bien con ensaladas verdes con aderezo cítrico o frutos secos, e incluso con quesos suaves tipo mozzarella o de cabra joven.
. Los sabores ácidos de la ginebra cítrica potencian el sabor del mar y limpian el paladar entre bocado y bocado, creando un equilibrio delicioso.
Ginebras florales: son ginebras más perfumadas y sutiles, con notas de rosa, lavanda, violeta, etc. Estas conviene acompañarlas con comidas igualmente delicadas para no opacar sus matices. Una opción excelente son los mariscos suaves como vieiras a la plancha o pescado blanco delicado, ya que su sabor sutil no compite y más bien realza lo floral de la bebida
. Otra idea es maridarlas con postres ligeros y afrutados: por ejemplo, una tarta de limón, un sorbete de cítricos o merengues con toques de flores. El contraste de una ginebra floral suave con la acidez dulce de un postre de limón resulta muy equilibrado, aportando un toque aromático irresistible
. En general, piensa en sabores refinados: quesos cremosos suaves, ensaladas con flores comestibles o infusiones frutales pueden funcionar bien con este estilo.
Ginebras especiadas: aquí hablamos de ginebras donde predominan especias cálidas como pimienta, canela, cardamomo, jengibre, anís, etc. Son destilados de sabor intenso que admiten platos de sabores igualmente potentes. Un maridaje clásico es con carnes a la parrilla o platos muy condimentados – la intensidad y el ahumado de una carne asada (como costillas BBQ, cordero o un filete) combina de maravilla con las notas especiadas, ninguna se apaga entre sí
. Igualmente, comidas picantes o exóticas (curry, comida mexicana o india) pueden ir bien, pues las especias de la ginebra complementan las del plato. Si buscas algo diferente, prueba acompañar una ginebra especiada con chocolate negro de alto porcentaje de cacao; sorprendentemente, los matices de especias y toques de frutos secos de la ginebra realzan el amargor del chocolate creando una combinación deliciosa
. Este contraste dulce-amargo funciona especialmente con ginebras especiadas que también tengan notas ligeramente afrutadas o cítricas (por ejemplo, con toques de naranja).
Ginebras herbales: son las ginebras dominadas por notas verdes de hierbas y vegetales (romero, tomillo, albahaca, enebro muy pronunciado, pepino, té verde, etc.). Su perfil fresco y campestre marida muy bien con platos mediterráneos y comidas con hierbas. Piensa en una ensalada Caprese (tomate, mozzarella, albahaca fresca) o un risotto con hierbas y limón: la ginebra herbal realza esos sabores verdes sin sobrepasarlos
. También funcionan con pastas o pescados al horno con especias verdes (como un pescado al romero o pollo al tomillo). Otra gran combinación es con quesos fuertes tipo queso de cabra curado o azul: las notas herbales y ligeramente resinosas de la ginebra contrastan con la intensidad del queso, logrando un balance interesante
. En general, cualquier plato donde las hierbas aromáticas sean protagonistas hará buena pareja con una ginebra herbal, ya que se crean ecos de sabor entre la copa y el plato.
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